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Herencia de competición
Sentando las bases del éxito
En 1964 empezamos a correr en Fórmula 1. Los comienzos fueron duros pero ya habíamos pasado por eso antes, compitiendo con motos en el TT de la Isla de Man. Una vez más, demostramos que la única forma de ganar y aprender es intentarlo.
En busca de la fórmula perfecta
Para crear un coche competitivo necesitas un motor competitivo.
En 1963 teníamos la base para uno: el V12 R270E. Originalmente lo habíamos fabricado para Lotus pero en febrero de 1964 la marca británica informó a Honda de que dejaría de usar motores Honda. Fue nuestro primer revés... pero no era el fin. De hecho fue sólo el principio de todo.

Nace el RA270
Pusimos todas nuestras energías en fabricar nuestro propio modelo de competición y conseguimos que el mítico Jack Brabham probara el nuevo RA270 sobre el asfalto de Suzuka.
Después de fichar al piloto de Fórmula 1 Ronnie Bucknum para que pilotara este nuevo modelo, por fin debutó en la competición en julio de 1964, en el GP de Alemania. Honda desembarcaba en la categoría reina de la competición mundial.

"El éxito es un 99% de fracaso"
Palabras de Soichiro Honda: no podría haberlo expresado mejor.
A comienzos de los 60 la Fórmula 1 era muy complicada y tuvimos accidentes, fallos en los frenos, problemas de temperatura y roturas en la caja de cambios. Aprendimos de esos fallos, introdujimos mejoras e hicimos pruebas y más pruebas hasta que estuvimos preparados para intentarlo de nuevo. Finalmente presentamos un nuevo modelo para 1965: el RA272.

Nuestra primera victoria
El GP de México de 1965
El equipo Honda con sus dos pilotos, Richie Ginther y Ronnie Bucknum, no dejaba de superar sus límites, mejorando y aprendiendo de la experiencia. Así, el 24 de agosto de 1965, tomamos la salida desde la primera línea de la parrilla en el Gran Premio de México, con Richie Ginther al volante del RA272. Fue el primer coche que cruzó la línea de meta ese día, proporcionándonos nuestra primera victoria en Fórmula 1.

El gusto por la competición
Si atacas, hazlo de verdad.

Ayrton Senna en el mítico Honda McLaren durante el Gran Premio de Mónaco de 1989.
Los siguientes años seguimos esforzándonos y volvimos a ganar en 1967; ahí hicimos una pausa. Y volvimos a escena en los años 80. Ganamos el mundial de constructores en 1986 con Williams y en 1988 establecimos un nuevo récord al ganar 11 pruebas seguidas con McLaren. Los éxitos continuaron hasta que abandonamos la categoría en 1992.
Pero la competición corre por nuestras venas y nos cuesta resistirnos... sobre todo cuando nos permite aprender tanto. Regresamos en el año 2000, esta vez suministrando motores líderes y asistencia a los equipos BAR y Jordan de Fórmula 1 hasta 2006. Nuestros ingenieros y mecánicos tuvieron el privilegio de trabajar con algunos de los mejores pilotos de la historia. Pilotos como Surtees, Laffite, Mansell, Prost, Piquet y Senna... Irrepetibles.

El legendario John Surtees en 1967. La única persona capaz de ser campeón mundial sobre dos y cuatro ruedas.

La línea de meta nunca es el final
¿Por qué no hemos sido suficientemente rápidos? ¿Cómo podemos ser más eficientes? ¿Qué hará que mejoremos?
Cuando perdemos, estudiamos el porqué, y también lo hacemos cuando ganamos. Utilizamos ese conocimiento para mejorar la calidad de nuestros vehículos y hacerlos mejores para el uso diario en la carretera. Es nuestro deber. También fue nuestra primera razón para entrar en los grandes premios de la F1. Y por eso estamos aquí ahora.

"Si Honda no compite, deja de ser Honda." Soichiro Honda
