En el siempre complicado GP de Mónaco, donde adelantar es casi imposible, Max Verstappen logró una meritoria cuarta posición. Aunque lideró buena parte de la carrera, una parada tardía lo dejó fuera del podio. Aun así, el tricampeón mundial minimizó daños en una prueba que, como él mismo reconoció, «no es nuestra pista». Su ritmo fue sólido, pero las particularidades del trazado y la falta de oportunidades de adelantamiento marcaron una carrera más estratégica que espectacular.
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