Pero el impacto de la Fórmula 1 va más allá de la tecnología. También ha moldeado el ADN de Honda como compañía. Un ADN marcado por la pasión por la alta competición como reto tecnológico en el camino de la excelencia. Competir como sinónimo de superación y de pasión por la ingeniería. Ese espíritu se refleja en cada vehículo que produce la marca, desde un urbano compacto hasta un deportivo híbrido. Si hay algo que los expertos siempre alaban de Honda, es que sus automóviles son diferentes y, ante todo, divertidos de conducir… por ello podemos decir que cualquier Honda lleva el gen de la competición.
A lo largo de estas seis décadas, Honda ha entrado y salido de la Fórmula 1 en distintas etapas, siempre con un objetivo claro: evolucionar. Su última etapa como motorista oficial de Red Bull Racing culminó con una histórica victoria en el Mundial de Pilotos de 2021 con Verstappen, y desde entonces sigue colaborando tecnológicamente con la escudería en un formato técnico. En 2026, Honda volverá de forma oficial junto a Aston Martin, en una nueva era con motorizaciones 100% híbridas. Un paso más hacia una F1 más sostenible y alineada con el futuro eléctrico de la industria.