Diciembre 4, 2025

Nuevo Honda Prelude: el guardián del legado

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El Honda Prelude regresa 25 años después para reinterpretar su propio mito. Este nuevo coupé híbrido combina diseño contemporáneo e innovación, recuperando el espíritu pionero que definió a todas sus generaciones. Más que un retorno, es la reivindicación de un legado que sigue marcando el camino de la deportividad Honda.

La vuelta del Honda Prelude no es solo el lanzamiento de un nuevo modelo: es la recuperación de una pieza clave en la historia de la marca, un automóvil que durante más de dos décadas fue el escaparate tecnológico de Honda. Su sexta generación llega con un diseño moderno, estilizado y electrificado, que ya ha conquistado a la prensa especializada. De hecho, ha obtenido el premio “Best Coupe” en los New Car World Championships 2025/2026, un reconocimiento que anticipa su impacto en los aficionados más sibaritas del mundo del motor. Y es que el nuevo Prelude no solo mira al futuro: lo hace honrando una herencia cargada de innovación, avances técnicos y una personalidad muy marcada.

Los orígenes: una declaración de intenciones

Para entender la importancia de su regreso, hay que mirar atrás. El Prelude nació en 1978 como un coupé deportivo para adultos, un vehículo pensado para quienes buscaban elegancia, dinamismo y tecnología avanzada. Desde su primera aparición, el modelo rompió moldes: fue el primer coche de gran producción con techo solar eléctrico de serie, un detalle que mostraba la ambición de Honda por diferenciarse. Se apoyaba en la plataforma del Accord y tomaba elementos mecánicos del Civic, logrando una mezcla equilibrada entre deportividad y practicidad. Sus transmisiones, una manual de cinco velocidades o la temprana “Hondamatic”, reflejaban un deseo constante de innovación. Ese primer Prelude estableció las bases de lo que sería siempre la esencia del modelo: diseño distintivo y tecnología por delante de su tiempo.

Años 80: diseño atrevido y primeras grandes innovaciones

La segunda generación, lanzada en 1982/83, abandonó los cromados para abrazar las líneas limpias y modernas propias de los años 80. Fue entonces cuando el Prelude incorporó los icónicos faros escamoteables, que realzaban su silueta baja y deportiva. El aumento de potencia, especialmente en la versión 2.0 Si, y la llegada de nuevas tecnologías, desde los frenos ALB, precursores del ABS, hasta equipamientos de confort como las ventanillas eléctricas, lo consolidaron como un vehículo avanzado y atractivo. Durante esta década, el Prelude se posicionó como un referente para quienes buscaban un coche con carácter, estilo y tecnología sin renunciar a la conducción diaria.

La revolución técnica: la dirección a las cuatro ruedas

El gran salto llegó con la tercera generación. Inspirada en el deportivo Honda NSX y dotada de un diseño más aerodinámico, esta versión introdujo una de las innovaciones más revolucionarias de la historia del automóvil: el sistema de dirección a las cuatro ruedas (4WS). Este avance permitía que no solo las ruedas delanteras giraran, sino también las traseras, mejorando la agilidad, el comportamiento en curva y la estabilidad a alta velocidad. Se trataba del primer coche producido en masa con este sistema, lo que situó al Prelude a la vanguardia mundial. A ello se sumaban mejoras en la suspensión con el uso del doble triángulo y un motor más sensible y poderoso. No es casualidad que esta generación lograra el tercer puesto en el premio European Car of the Year en 1988.

La madurez deportiva de los 90

La cuarta generación, estrenada en los primeros años 90, introdujo un diseño más redondeado y elegante, dejando atrás las formas angulares de la década anterior. Incorporó motores más potentes y, sobre todo, el celebrado sistema VTEC, que permitía combinar eficiencia en bajas revoluciones con un rendimiento explosivo en la zona alta del cuentavueltas. Su comportamiento dinámico, apoyado por una dirección eléctrica más precisa, reforzó su carácter deportivo.

En el interior, el modelo elevó el listón: salpicadero envolvente, iluminación electroluminiscente, equipo de audio de ocho altavoces y acabados que anticipaban la sofisticación de los coupés premium. Incluso desempeñó un papel destacado en el mundo del automovilismo: fue el safety car del GP de Japón de Fórmula 1 en 1994 y protagonizó anuncios televisivos con Ayrton Senna. Su imagen deportiva y tecnológica estaba en su punto más alto.

Última generación clásica: síntesis de diseño y rendimiento

La quinta y última generación clásica del Prelude llegó a finales del siglo XX y supuso la síntesis perfecta entre líneas rectas y curvas fluidas. Retomó la dirección a las cuatro ruedas e incorporó el sistema ATTS, un avance que distribuía electrónicamente el par entre las ruedas delanteras para optimizar la tracción y el paso por curva. Esta generación ofreció configuraciones distintas según mercado, como los asientos de cuero calefactables en Canadá o cargadores de CD en el maletero, pero en todas ellas mantenía intacto su espíritu: un coupé deportivo pensado para amantes de la conducción. Fue un cierre elegante para un modelo que había marcado camino durante más de dos décadas.

El nuevo Prelude: futuro con raíces profundas

La sexta generación que renace ahora recoge todo este legado para llevarlo a una nueva era. Su tecnología híbrida, su diseño limpio y atlético y su enfoque en la eficiencia sin renunciar a la emoción al volante representan un equilibrio perfecto entre pasado y futuro. Mantiene la esencia que convirtió al Prelude en un icono: innovación valiente, estilo propio y disfrute de conducción. Pero ahora lo hace con la mirada puesta en la movilidad del siglo XXI.

Más que un regreso, el nuevo Honda Prelude es una declaración: la deportividad de Honda tiene historia, identidad y visión de futuro. Y este modelo, como su nombre sugiere desde 1978, vuelve a ser el preludio de lo que está por venir.