Los orígenes: una declaración de intenciones
Para entender la importancia de su regreso, hay que mirar atrás. El Prelude nació en 1978 como un coupé deportivo para adultos, un vehículo pensado para quienes buscaban elegancia, dinamismo y tecnología avanzada. Desde su primera aparición, el modelo rompió moldes: fue el primer coche de gran producción con techo solar eléctrico de serie, un detalle que mostraba la ambición de Honda por diferenciarse. Se apoyaba en la plataforma del Accord y tomaba elementos mecánicos del Civic, logrando una mezcla equilibrada entre deportividad y practicidad. Sus transmisiones, una manual de cinco velocidades o la temprana “Hondamatic”, reflejaban un deseo constante de innovación. Ese primer Prelude estableció las bases de lo que sería siempre la esencia del modelo: diseño distintivo y tecnología por delante de su tiempo.