Este fin de semana tocaba correr en Suzuka. Pero a pesar de que Honda lo intentó por todos los medios, el Gran Premio de Japón fue cancelado y sustituido por el de Turquía. ¿Y por qué era tan importante esta cita? Pues porque el pasado 1 de octubre, Honda anunció que se retiraba de la Fórmula 1 al terminar la temporada y quería despedirse en su Japón natal. No pudo ser, pero Red Bull quiso rendir homenaje al que ha sido su proveedor de motores durante los últimos años. Por eso, los coches de Max y Sergio lucieron el blanco y rojo de la bandera nipona, emulando a aquellos primeros bólidos desarrollados por la marca en los años 60.
Llovía, y no poco, en Istanbul Park. Algo que siempre viene a complicar las cosas, pero los pilotos de Red Bull y de la Scuderia AlphaTauri salieron a por todas. Bajo un cielo ominoso, los Red Bull deslumbraban con su blanco brillante y su customización japonesa. Los cuatro vehículos con motor Honda partían entre los diez primeros. La carrera arrancaba de manera prometedora. Max salió segundo y desde el primer momento, retuvo la posición. Sergio venía desde atrás peleando la cuarta plaza con Fernando Alonso (Alpine). Pierre tuvo la mala fortuna de quedar atrapado entre ambos, golpeó ligeramente a Alonso y ello le valió una sanción de 5 segundos.