Max Verstappen se jugará el título de campeón en la última prueba del Mundial después de terminar segundo por detrás de su rival, Lewis Hamilton (Mercedes) en el GP de Arabia Saudí. Fue una carrera accidentada y envuelta en polémica: dos banderas rojas, un safety car físico y un puñado de safety cars virtuales que pusieron a prueba la paciencia de los pilotos y por si fuera poco, la controvertida colisión entre los dos aspirantes al título, Max y Lewis Hamilton, que se saldó con una sanción de 10 segundos para el piloto neerlandés de Red Bull por, supuestamente, no haber querido ceder la posición al británico, tal y como se le había exigido desde Control de Carrera.
La clasificación no fue buena para Max, que se salió de la pista cuando estaba a punto de lograr la pole. Aun así, partía tercero y dispuesto a todo. La primera bandera roja benefició al holandés que decidió no cambiar de neumáticos a diferencia del resto de pilotos del top 10. Pero el caos estaba a punto de desatarse. Poco después de relanzada la carrera, el Ferrari de Charles Leclerc impactaba contra el Red Bull de Sergio Pérez, que hizo un trompo y se vio obligado a abandonar. También Yuki Tsunoda, el piloto japonés de la Scuderia AlphaTauri, se vio involucrado en un incidente con Sebastian Vettel (Aston Martin), que no lo dejó fuera, pero lo hizo perder posiciones y ritmo.