Verstappen lo ha hecho de nuevo. Una exhibición de pilotaje, con remontada y victoria final en el Gran Premio de Hungría, ante la mirada de los aficionados que ven como el piloto holandés pone más tierra de por medio a sus rivales en la lucha por el campeonato mundial. En el parón estival, Verstappen se va de vacaciones más favorito que nunca.
Tras una calificación complicada en la que los Red Bull de Verstappen y Pérez salían de la décima y onceava posición, respectivamente, lejos de la segunda posición de Leclerc y la tercera de Sainz, todo auguraba una carrera compleja en la que la estrategia, la elección de neumáticos y el trabajo del equipo en las paradas serían claves para arañar posiciones y sumar el máximo de puntos posibles.
Pero si Verstappen destaca especialmente por algo, es por su gran ambición y su capacidad de sorprender con un pilotaje agresivo y preciso a la vez. Así ha sido. Acompañado de una actuación magistral de todo el equipo, con una estrategia impecable hasta el milímetro, el piloto holandés ha ido escalando posiciones hasta situarse a la cabeza y gestionar la distancia con su perseguidor, Lewis Hamilton. Por momentos ambos pilotos han hecho revivir a los aficionados los fascinantes duelos que protagonizaron la temporada pasada.