Max Verstappen, quien ha dominado gran parte de la temporada, llegó a Zandvoort con la presión de un público local ansioso por verlo triunfar en su 200º Gran Premio. El fin de semana comenzó de manera prometedora, con el neerlandés clasificándose para partir en la parrilla en la segunda posición, solo por detrás de Lando Norris. Al apagarse los semáforos, Verstappen hizo una salida brillante, superando a Norris y liderando las primeras 18 vueltas de la carrera.
Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, no pudo contener el ritmo inigualable de Norris y Verstappen se vio obligado a ceder la posición. «El inicio fue bueno, pero después se trató de gestionar mi propia carrera. Sabía que no tenía el ritmo para alcanzar a Lando», comentó Verstappen tras la carrera. A pesar de sus intentos por mantener la presión, el coche simplemente le faltaba la punta de velocidad necesaria. Finalmente, Verstappen cruzó la meta en segundo lugar, un resultado que, aunque respetable, dejó un sabor amargo en el equipo y en sus seguidores. Con todo, el neerlandés conserva un cómodo liderazgo en el Campeonato de Pilotos, con 70 puntos de ventaja sobre Norris.