El Gran Premio de Las Vegas trajo la magia de la Fórmula 1 al icónico Strip y marcó un momento histórico en la carrera de Max Verstappen y en la trayectoria de Oracle Red Bull Racing. Tras un trabajado quinto lugar, Max sumó los puntos necesarios para coronarse, de nuevo, como rey de la Fórmula 1. Y ya son cuatro las coronas, una hazaña que lo coloca en un club exclusivo junto a figuras como Alain Prost y Sebastian Vettel, superado solo por pilotos míticos como Juan Manuel Fangio, Lewis Hamilton y Michael Schumacher.
La carrera, celebrada bajo las luces de la vibrante ciudad de Las Vegas, supuso un desafío constante para todos los equipos. Desde los entrenamientos hasta la clasificación, las bajas temperaturas y las condiciones de la pista pusieron a prueba a los pilotos y sus estrategias. Verstappen, quien partió desde la quinta posición tras una clasificación complicada, demostró una vez más su habilidad para rentabilizar cada oportunidad. En un circuito donde los adelantamientos son difíciles, supo gestionar el desgaste de los neumáticos y mantener su posición frente a su principal rival por el título, Lando Norris, quien terminó sexto.