En el Circuito Internacional de Lusail, al volante de su Oracle Red Bull Racing, Max Verstappen celebró su nueva corona mundial de la mejor manera, ganando, y demostró, una vez más, por qué es el campeón mundial
Verstappen, quien partió desde la segunda posición tras una penalización en la clasificación, no perdió tiempo. Lideró la carrera desde la primera curva y controló cada aspecto de una carrera llena de incidentes, incluyendo tres intervenciones del coche de seguridad. Su habilidad para gestionar los neumáticos y mantenerse firme bajo presión fue clave para asegurar su victoria, superando a Charles Leclerc y Oscar Piastri. Con este triunfo, Max reafirma su dominio y avanza hacia la última carrera de la temporada con la esperanza de terminar el campeonato de nuevo en lo más alto.