Un compañero único para niños en tratamiento
Haru no es solo un robot, es un aliado en la rehabilitación. Equipado con cámaras y micrófonos, este dispositivo capta expresiones faciales y tonos de voz, analizando el estado emocional de los niños para ofrecer respuestas empáticas y personalizadas. Su interacción mejora la motivación de los jóvenes pacientes, logrando que el 95% de ellos se involucren activamente en su rehabilitación, según los datos del estudio que está llevando a cabo el hospital sevillano, a partir de esta experiencia. Además, gracias a su conexión con dispositivos portátiles como sensores colocados en pulseras, Haru proporciona una evaluación detallada de las necesidades emocionales y físicas de los pacientes.
Pero Haru no solo ayuda a los niños a superar los desafíos del tratamiento oncológico. También colabora con neuropsicólogos, facilitando evaluaciones cognitivas y emocionales con una eficiencia extraordinaria: el equipo médico ha incrementado sus evaluaciones anuales de 510 a 4,500 gracias a este innovador asistente.