La carrera interminable de Honda, la medioambiental
Honda ha lanzado el tercer vídeo de la iniciativa de comunicación medioambiental «Environmental Short Film Series», que tiene por objetivo explicar los proyectos medioambientales más innovadores con los que la compañía trabaja por reducir su huella ecológica. El programa fue doblemente galardonado en junio de 2013 en los Telly Awards americanos, en las categorías “Medioambiental” y “Responsabilidad Social”, por el primero de los vídeos de la serie, Paint by Numbers (Pintar con números). Mientras el primer vídeo cuenta cómo un ingeniero de Honda ideó una tecnología que revolucionó el pintado de coches y permitió reducir el gasto de energía un 25% en las fábricas de Honda, el segundo, Every Drop Counts (Cada gota cuenta), explica otro de los sistemas puestos a prueba por la compañía para autogenerar energía en los centros de producción.
Hoy queremos hablaros de este tercer vídeo que, bajo el título “Never ending race” (La carrera interminable), resume en menos de 5 minutos las décadas de lucha de Honda contra la contaminación atmosférica, en parte gracias a la cual hoy podemos respirar un aire más limpio en muchas ciudades del mundo.
«Recuerdo que al principio de mi carrera, cuando trabajaba en Los Ángeles, tenía que lidiar de forma rutinaria con alertas de humo neblinoso que nos recomendaban que nos mantuviéramos dentro de los edificios», explica Cheste J. France, ex directivo de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, ya retirado.
En los 70 del siglo pasado, cuando la contaminación atmosférica amenazaba ya seriamente las grandes ciudades norteamericanas, Honda fue una de las pocas compañías que adoptó una actitud colaborativa con los gobiernos, quienes trataban de encontrar soluciones al problema ante los movimientos ciudadanos que reclamaban poder respirar aire limpio.
El video utiliza el caso simbólico de California, donde en 1970 se aprobó una extensión de la Clean Air Act, Ley del Aire Limpio, que obligaba a una reducción del 90% en las emisiones de gases de escape de los vehículos nuevos. Frente a este reto, los ingenieros de Honda, que por entonces aún era una compañía relativamente pequeña, desarrollaron el motor CVCC, el primero en cumplir con la estricta normativa que había puesto en pie de guerra a otras empresas. «Fueron muy pocas las empresas que se mostraron proactivas y Honda era una de ellas», recuerda France. Alan C. Lloyd, Presidente del Consejo Californiano de Recursos Atmosféricos de 1999 a 2004, lo corrobora.
El desarrollo del motor CVCC fue sólo el principio de una larga historia. El Honda Civic 1996 fue el primer vehículo de bajas emisiones; el Accord 1998 fue el primer vehículo de gasolina de emisiones ultra bajas; el Accord 2000 fue el primer Vehículo de Emisiones Súper Ultra Bajas (SULEV, por sus siglas en inglés); y en 2005 Honda volvió a batir récords con la presentación del primer vehículo eléctrico de pila de combustible, el FCX. Más recientemente, en 2013, llegó el Accord Plug-In Hybrid, el primer coche de gasolina del mundo en cumplir con los estándares SULEV 20 del Consejo Californiano de Recursos Atmosféricos.
«Never ending race» es la historia de cómo la tenacidad de los ingenieros de Honda ayudó a cambiar para siempre la industria automovilística y las políticas medioambientales en todo el mundo. Actualmente, las partículas causantes de este humo neblinoso, que en inglés se conoce como smog, en las ciudades americanas que emiten los coches nuevos son sólo una milésima parte de las de los años 70. No en vano el lema medioambiental de Honda todavía es “Blue Skies For Our Children” (Cielos Azules Para Nuestros Hijos). Y es que la carrera contra la contaminación, a diferencia de las que se corren en los circuitos de Fórmula 1, no tiene fin.