agosto 30, 2017

Cuando Honda compitió y ganó, gracias a la energía del sol

Este año toca World Solar Challenge (WSC), la famosa competición bianual de Australia en la que compiten exclusivamente vehículos impulsados con la energía del sol. No sólo toca, sino que será una edición muy especial para celebrar los 30 años de existencia de esta singular carrera.

Con motivo de esta competición, queremos hacer memoria con una curiosidad sacada de la hemeroteca: un artículo de la revista internacional de ciencia  New Scientist con fecha del 20 de noviembre de 1993 que, bajo el emocionante titular «Solar dream comes through» (el sueño solar se hace realidad) relata la victoria del automóvil solar Honda Dream en el World Solar Challenge de aquél año.

Sí, ¡es posible!

Cuando Sun Racer de General Motors cruzó la meta del primer WSC en 1987, ingenieros del mundo entero se quedaron unos segundos con la boca abierta. ¡Era posible! ¡Era posible impulsar un automóvil sólo con energía procedente del sol! Los ingenieros de Honda en Japón, que por aquél entonces comenzaban a debatir la fabricación de automóviles eléctricos, no fueron ninguna excepción.

En la última edición de esta peculiar carrera, celebrada en 2015, compitieron nada menos que 43 equipos de 23 países distintos; aunque en 1993 la situación era ligeramente diferente, el evento ya reunía numerosos apasionados de las industrias energéticas y automovilísticas de la época. En aquella edición histórica, como recuerda el artículo de la New Scientist, cinco de los automóviles que llegaron a la meta batieron los récords establecidos en 1987.

«Estos resultados demuestran que la energía solar no es ninguna broma», dijo el organizador de la carrera Hans Tholstrup, según las declaraciones recogidas en el artículo. Y continuaba: «También demuestran que estamos progresando muy rápidamente». Y es que en aquellos tiempos los entusiastas de la energía solar creían a pies juntillas que la energía solar pronto alimentaría algunos de los elementos electrónicos de los automóviles comerciales.

El sueño de Honda

«Este año el ganador de la carrera de 3000 km desde Darwin a Adelaida es el Honda Dream, que ha fulminado el récord por más de un día. El automóvil tuvo una velocidad media de 84,96 km/h, y una velocidad máxima de 125 km/h», anunciaba Ian Anderson, autor de la pieza.

La revista explicaba también que el Honda Dream, con un coste de construcción de casi 4,5 millones de libras británicas, terminó el recorrido en 35 horas y 38 minutos. Unas tres horas por detrás del Honda, llegó a la meta el suizo Spirit of Biel-Bienne, obra de la Escuela de Ingeniería de Biel y ganador de la carrera en 1990. Biel comenzó liderando, pero sufrió un accidente temprano en la carrera.

El éxito del Honda Dream se atribuyó principalmente a una nueva transmisión diseñada específicamente para automóviles solares, también utilizada en el Biel y en el llamado Australia Desert Rose, que llegó en séptima posición. «Los automóviles son de tres ruedas y todos llevan el motor en el cubo de la rueda trasera», explicaba Anderson. Y concluía: «este tipo de motor de bajas revoluciones probablemente se convierta en la norma para los mejores automóviles en los próximos eventos». En la siguiente edición del WSC, que tuvo lugar en 1996, el Honda Dream volvió a alzarse con la victoria, y volvió a pulverizar los récords de tiempo y velocidad.

El artículo añade otra característica que permitió al Honda Dream alzarse con la victoria: “la aerodinámica del Honda Dream le dio ventaja frente al Biel”. El automóvil de Honda, con forma de atún, contaba con un rasgo peculiar: las ruedas estaban incorporadas en la estructura general, lo que reducía la fricción. Además, su forma curva también le permitía captar los rayos de sol de la mañana y de la tarde.

Sea como sea, el recorrido por tierras australianas no se cubría con facilidad. Dicen que la temperatura dentro del Honda Dream alcanzó los 50 ºC y, hasta hubo un automóvil, el Solar Kiwi de Nueva Zelanda, que ¡saltó tres metros por los aires y se deslizó 25 metros tras ser alcanzado por un mini-tornado! Los expertos señalaron que fue el excesivamente bajo centro de gravedad del vehículo el que lo salvó de una tragedia. Al final, el Kiwi llegó a la meta en una muy respetable posición número 15 de un total de 52.

En este vídeo podéis ver imágenes de la carrera. Atención, ¡calidad de la época!