febrero 20, 2020

Fracasar para triunfar: el mayor secreto del fundador Soichiro Honda

Más pronto o más tarde, todos fracasamos. La vida está llena de fails, ya sea un examen suspendido o una competición internacional que no pudimos ganar. Es muy fácil darse por vencido cuando las cosas no nos salen como queríamos, a nadie le gusta fracasar… ¿A nadie? Si Soichiro Honda levantara la cabeza, quizá exclamaría «¡A mí sí me gusta fracasar!».

Una de las ideas que Honda repitió sin descanso como fundador de una multinacional de éxito fue el valor del fracaso. “El éxito representa el 1% de tu trabajo, y es el resultado del otro 99%, que llamamos fracaso”. Dicho de otra manera, el fracaso es el camino necesario que hay que recorrer hasta llegar al éxito, así que de hecho forma parte del éxito.

¿Pero por qué es tan importante fracasar? Lo resumimos en cinco ideas principales.

1. Fracasar te hace fuerte.

Enfrentarse al fracaso y gestionar la frustración es probablemente una de las habilidades más difíciles. Sin embargo, podemos aprender y mejorar. Cuanto más fracasamos, más capaces somos de manejar nuestras emociones, sobreponernos y ver las lecciones que se ocultan detrás de la rabia de no haber conseguido lo que nos proponíamos. Hay quien sostiene que sólo las personas que han superado grandes fracasos están preparadas para el éxito. Sería el caso de grandes personalidades como Steve Jobs o Albert Einstein.

«No me arrepiento de las miles de veces que volví a casa con las manos vacías», explicaba Soichiro Honda. «Cuando tienes días así de grises, entonces sabes que ya estás cerca de encontrar el tesoro…».

2. Fracasar te orienta

¿Alguna vez te has encontrado preguntándote si las decisiones que tomaste fueron las correctas? Es normal, todos lo hacemos. El fracaso, en todas sus dimensiones, nos da pistas para seguir por el buen camino, nos da un sentido de claridad, nos redirecciona.

“Cuando fracasas, aprendes cómo no fracasar”, decía Soichiro Honda. Y añadía: “A mí me encanta cuando planeo algo y fracasa: mi mente se llena con ideas de cómo puedo mejorarlo”.

3. Fracasar te mantiene con los pies en la tierra

Si consiguiéramos fácilmente todo lo que nos proponemos, ¿cómo podríamos dar importancia a aquello que perseguimos? De hecho, otra de las razones por las que fracasar es fundamental es que nos recuerda que somos humanos, nos mantiene con los pies en la tierra y nos ayuda a construir los valores morales sobre los que construir nuestro proyecto de vida. El ejemplo inverso sería la cantidad de problemas emocionales y mentales que genera un éxito súbito o demasiado rápido, el drama de jóvenes estrellas como Justin Bieber.

4. Fracasar te libera del miedo

A menudo el miedo al fracaso es la principal razón por la que no emprendemos un proyecto, ni siquiera lo intentamos. Sin embargo, cuando huímos del fracaso también estamos huyendo del éxito. Cuando nos acostumbramos al fracaso y lo percibimos como parte del proceso, desactivamos los mecanismos del miedo y esta barrera desaparece.

Para Soichiro Honda había “tres cualidades que conducían al éxito: el coraje, la perseverancia, y la capacidad de soñar”. “Cuando una persona cree profundamente en algo, esto le permite encontrar una fuerza interna inmensa para superar todos sus fracasos”. Un buen ejemplo es la entrada de Honda en la Fórmula 1, sobre la que el fundador explicaba: “Había llegado el momento de hacer realidad otro sueño. Intentar ganar en la Fórmula 1 era para muchos tratar de alcanzar lo imposible, pero yo había tomado mi decisión y no había marcha atrás. Tendría que invertir el tiempo necesario, pero nada podía impedir que lo consiguiera”.

5. Fracasar te hace mejor persona

Cualquier fracaso, grande o pequeño, es una experiencia que nos ayuda a comprender mejor la vida, por lo que salimos de ella mejor preparados, más resilientes y más fuertes. Y también más confiados, empáticos y capaces de apoyar a otras personas cuando lo necesiten.

Fracasar es necesario. No una vez, ni dos, ni tres. Crear Honda y hacerla crecer hasta llegar al mercado internacional no fue fácil. Nunca es fácil. A veces, creer en una idea, perseguir tus sueños, requiere desoír las voces de amigos y consejeros, y perseverar. “Muchos de mis amigos me dijeron que habría hecho mejor de quedarme con mi taller, creciendo poco a poco y dejando al negocio prosperar en lugar de embarcarme en arriesgadas aventuras. Yo había invertido todos mis ahorros en esta operación. Me sentía responsable de aquellos a los que había llevado conmigo, y me preguntaba si al cerrar mi taller a los 30 años no estaría quizá perdiendo mi oportunidad, hundiendo mi propio barco”, contaba Soichiro Honda.