junio 5, 2015

Honda en Brasil: cómo liderar la industria con tecnología verde

Desde el comienzo de los años 90, el mercado automovilístico en Brasil no ha parado de crecer hasta situarse en la actualidad como el cuarto mercado más grande del mundo. Y en la apuesta de las automovilísticas por este mercado Honda sigue su batalla. La Compañía se prepara para su mayor operación en el país desde que en 1997 abrió la fábrica de Sumaré, a 100 km de São Paulo. La planta de Itirapina, la segunda de fabricación de automóviles, aún en construcción, representa el gran salto adelante con el que Honda Automoveis do Brasil Ltda. (HAB) pretende ponerse a la cabeza de la industria.

A pesar de ser el país más grande de Sudamérica y tener una población de más de 200 millones de personas, la industria del automóvil en Brasil es relativamente joven. Las primeras ventas domésticas datan de 1959, año del desembarco de Volkswagen con la primera planta de producción. Los 60 vieron expandirse el mercado con la llegada de GM y Ford, y de Fiat en los 70. El mercado floreció con los llamados “cuatro grandes” ya establecidos y una vez superada la crisis mundial de los 80 ya no hubo freno.

En 1990 la industria producía 1.000.000 de automóviles; en 1994 la cifra ya se había doblado y del 2000 al 2010 se registraron crecimientos de doble dígito cada año hasta llegar a las 3.740.000 unidades vendidas en 2013, lo que convirtió a Brasil en el cuarto mercado mundial después de China, Estados Unidos y Japón.

Honda empezó la producción de automóviles en Brasil en 1997, al mismo tiempo que muchos otros fabricantes llegaban al país. Sin embargo, Honda jugaba con ventaja: llevaba 20 años produciendo motocicletas en su planta de Manaus, inaugurada en 1976, y ya era una marca fuerte en el mercado. Su popularidad, junto con el conocimiento del país y la red de contactos acumulados durante dos décadas ofrecieron una plataforma inmejorable para comenzar a producir automóviles.

«Los brasileños quieren más a sus coches que a sus novias”, explica riendo Carlos Eigi, Director Ejecutivo de Producción de HAB. Es sólo una broma que ilustra la cultura del coche en Brasil, donde la política de impuestos hace que los vehículos sean bastante más caros que en otros países. Según Eigi, el coche en Brasil es un importante símbolo de status y, en consecuencia, se cuida en extremo. Pasar el fin de semana sacándole brillo y conducir con extremo mimo son actitudes habituales. “Muchos convierten en objetivo vital el poder comprar el siguiente modelo más grande”, comenta.

Captura del vídeo sobre objetivos medioambientales de Honda en Brasil

Captura del vídeo sobre objetivos medioambientales de Honda en Brasil

Otavio Mizikami, Director de Producción de HAB, destaca uno de los rasgos más peculiares del panorama automovilístico en Brasil: “en las gasolineras te encuentras con que venden gasolina, diesel y etanol, tres tipos diferentes de combustible”. Después de la crisis del petróleo de los 70, el gobierno brasileño promovió el uso del etanol producido localmente para evitar que el país dependiera del petróleo.

Hasta hace poco, los vehículos se dividían en etanol y gasolina, con motores específicos para cada tipo de combustible. Sin embargo, «con los avances tecnológicos, hoy la mayoría de coches pueden usar ambos combustibles”, comenta Mizikami. Y añade: “Honda lanzó su propio FFV (flexible-fuel vehicle o vehículo de combustible flexible) en 2006 y, en la actualidad, todos los modelos que lanzamos en Brasil son FFVs”.

El etanol es un combustible que se produce a partir de la caña de azúcar, el principal cultivo agrícola de Brasil. Al quemarse, el etanol libera el CO², previamente absorbido de la atmósfera, por la planta de la caña de azúcar, por lo que se considera que no afecta a los niveles habituales de CO². “Pero el etanol no está libre de problemas”, explica Otavio Mizikami, Director de Producción de HAB.

Mizikami prosigue. “El etanol complica el arranque del motor cuando hace frío. Hasta hace poco esto se compensaba con un pequeño tanque auxiliar de gasolina, pero hace un par de años desarrollamos un motor que no necesita gasolina para arrancar, ni siquiera cuando hace frío”. Es el sistema Flex One que Honda lanzó en 2013 para seguir promoviendo el uso del etanol como fuente de combustible limpia, asequible y cómoda de usar.

Trabajar por liderar el mercado de la movilidad sostenible significa también esforzarse por ser más responsables medioambientalmente. En la planta de Sumaré, Honda ha implementado no pocas iniciativas durante los últimos 17 años y la nueva planta de Itirapina estará equipada con las últimas tecnologías que garantizan la máxima eficiencia y la mejor gestión de recursos y residuos.

concepto green

Concepto green de Honda en Brasil