julio 25, 2017

Cómo nace una estrella: 45 años del Honda Civic

«Hacedme un estudio detallado del tipo de coche que deberíamos crear para el mercado japonés y para otros mercados de todo el mundo». Con estas palabras de Masami Suzuki, entonces director del centro de I+D de Honda en Japón, comenzó la leyenda del Civic, el modelo estrella de Honda de cuyo lanzamiento en julio de 1972 se cumplen ahora 45 años. Mucho se ha hablado de los sucesivos éxitos del Civic generación tras generación, pero, ¿cómo nació la estrella?

Un coche a la altura de la historia

Era el verano de 1970, justo un año después del lanzamiento del Honda 1300. Japón estaba viviendo un boom económico: mientras los consumidores empezaban a exigir más variedad en los coches que podían comprar, Japón se hacía un hueco en el mundo desarrollado.

Las circunstancias requerían un coche especial, un producto que rompiera con el proceso de desarrollo establecido hasta entonces, según el cual se habían creado siempre los coches que Soichiro Honda había querido construir.

Pero esta vez fue diferente. La compañía, consciente de la presión del momento histórico, creó dos equipos de desarrollo paralelos para promover la competencia y la innovación: uno de veteranos de más avanzada edad y otro compuesto por los ingenieros más jóvenes.

Una misteriosa orden

Poco tiempo antes, Suzuki había hecho una misteriosa petición a los ingenieros del centro de I+D: «id a  visitar la línea de producción de Suzuka”. Los trabajadores no comprendieron la intención de Suzuki en el momento, pero salieron de la planta profundamente afectados por haber visto con sus propios ojos los escasos modelos en la línea de producción, una impresión que sin duda influyó sobre su creatividad en las siguientes fases de desarrollo de un nuevo modelo.

Después de un período de investigación, los dos equipos presentaron sus ideas para desarrollar el próximo modelo Honda. Para sorpresa de muchos, las dos propuestas eran casi idénticas en términos de concepto: ambas describían el coche ideal como «de calidad, ligero, rápido y compacto». Sin embargo,  Suzuki no se sorprendió, sino que se felicitó por haber dado un mensaje muy claro a los ingenieros que había enviado a visitar la planta de Suzuka.

Civic: “para todos los ciudadanos y ciudades”

La alargada sombra del H1300, que no había funcionado bien en el mercado, se cernía sobre ellos. El H1300 contaba con un motor impecable que sobrepasaba a muchos de los modelos de su categoría, pero no había tenido en cuenta otras partes como el nivel de ruido, la comodidad o la distribución del peso.

Los diseñadores lo vieron claro: querían un coche equilibrado, que ofreciera buena calidad en todos los sentidos. De aquel concepto nació un nuevo modelo bautizado como «Civic», un vehículo creado «para todos los ciudadanos y todas las ciudades».

Un modelo inconformista

El primer paso para avanzar de la idea al desarrollo de un modelo comercial fue definir su «valor intrínseco». Pronto tomó forma. El nuevo Honda sería «utilitario y minimalista, capaz de ofrecer una combinación perfecta de tamaño, funcionamiento y economía». A esto se añadió la noción de «el máximo valor para el hombre, con el mínimo número de componentes mecánicos», con lo que se pretendía evitar que se sacrificara la comodidad de conductor y pasajeros por conseguir más eficiencia.

Este concepto partía de un sentimiento inconformista con lo que entonces ofrecía el mercado japonés, una actitud que el equipo mantuvo tenazmente. Si lo que tenían en mente no existía, habría que crearlo. Así surgió un modelo de dos cajas, con el interior y el maletero integrados en la misma carrocería, con un formato FF (motor delantero/ tracción delantera) y un motor montado transversalmente. Una apuesta rompedora en un momento en el que la norma en Japón eran los compactos de tres cajas que aislaban el espacio del portaequipajes.

El coche sin “cola”

Los esfuerzos por adaptar el nuevo modelo a las políticas del gobierno y las infraestructuras de la compañía, hicieron que el diseño del Civic evolucionara hacia una forma trapezoidal nada habitual en el mercado japonés de la época.  El resto de la compañía miraba los bocetos con desconfianza, preguntándose qué narices significaba aquello de “tres puertas”, la variante que llegó en septiembre de ese mismo año.

Explicar el Civic a los miembros de la compañía terminó siendo un ejercicio fundamental para poder convencer a la industria y al público general, hasta conseguir que se extendiera la visión de los expertos y los periodistas, familiares con modelos extranjeros con formas similares.

Cuando por fin llegó la fecha de lanzamiento en julio de 1972, ya nadie dudaba del futuro éxito del Civic. No hace falta decir que el éxito llegó, y se alargó nada menos que hasta nuestros días.