enero 26, 2021

Diseño y proceso creativo, el superpoder de Honda

Automóviles, motocicletas, cortacéspedes, un avión… ¿Alguna vez te has preguntado cómo crea Honda sus productos? ¿De dónde surgen las ideas? A continuación, revelamos el proceso creativo que constituye la esencia de cómo Honda Design, la división de diseño de la compañía, siembra semillas para obtener la mejor cosecha.

Investigar el deseo, no la tecnología

Honda persigue el deseo. Ese ingrediente casi mágico que hace que la gente adore sus creaciones. «La función del Centro de I + D no es investigar tecnología, sino investigar lo que le gusta a la gente«, dijo una vez Soichiro Honda, el fundador de la compañía.

Todos tenemos sueños, esperanzas, pasiones y pasatiempos que mantienen joven nuestro espíritu. Honda parte de la creencia de que la curiosidad es la fuente para mejorar la sociedad. Por ello, anima a sus diseñadores a realizar aquellas actividades que alimentan su sensibilidad creativa. Experimentar, visitar mundos desconocidos, formar parte de algo nuevo, estimula nuestra capacidad de apreciar diferentes entornos sociales, ambientes, olores y sabores… y esto nos lleva a nuevos descubrimientos o asociaciones de ideas que ponen en cuestión las soluciones existentes.

Imaginación sin freno

Las ideas innovadoras a menudo pasan por una primera fase de incomprensión. En Honda, es la misión de los diseñadores presentar y defender sus visiones y enfoques, por rompedores o incoherentes que puedan parecer. Porque las ideas que se entienden en el momento en que se comparten tienden a estar obsoletas en el momento en que finalmente se lanzan al mercado. La fortaleza de los diseñadores de Honda es que pueden experimentar visiones y expresarlas libremente. Aunque Honda hace especial hincapié en mantener los pies sobre la tierra y anclar sus nuevas propuestas en base a lo que aportan al mundo y a las personas, y en presentarlas de una forma atractiva y fácil de entender para la gran mayoría.

El efecto Waigaya

«Waigaya» no es una palabra que exista más allá de las instalaciones de la compañía: se la inventó el socio fundador Takeo Fujisawa, y representa el ruido de una discusión acalorada, donde las ideas, a menudo en desacuerdo, fluyen de manera caótica.

Las herramientas de comunicación, como el correo electrónico y las redes sociales, son prácticas, pero también pueden resultar engorrosas e innecesariamente complicadas. A veces, discutir cara a cara es más fácil y efectivo. En las ya famosas waigaya de Honda, las ideas se discuten, se expanden, se reenfocan y se llevan a cabo gracias a la suma de las opiniones de todos los diseñadores.

Toma un lápiz

Consolidada la idea, toca esbozarla. Al dibujar sus ideas y visiones, los diseñadores trabajan como los novelistas, artistas y compositores: tan pronto como tienen una idea, la plasman sobre el papel (o cualquier otra superficie, como la palma de su mano), para, fijarla y desarrollarla más tarde. Luego, los modeladores de arcilla determinan la forma tridimensional a partir de bocetos y agregan o raspan arcilla para aclarar las ambigüedades de los bocetos.

Cada aspecto del producto se considera y se refleja en el modelo de arcilla y los datos 3D, de manera que el diseño madura gradualmente. El siguiente paso consiste en la construcción de una maqueta de resina tan realista que para ojos externos es indistinguible del producto real.

El placer de crear

Las pruebas en el mundo real siguen siendo imprescindibles. Cuando los prototipos se prueban repetidamente en la vida real, lo inesperado ocurre y se pule el producto. Los mejores productos surgen de repetidas pruebas y errores. Las maquetas se envían a los países en los que se venderá el producto, para ser inspeccionados por muchos ojos. Tan pronto como la versión detallada de la maqueta está lista, los diseñadores realizan waigayas con los asociados de ventas y relaciones públicas para discutir cómo poner en valor las características del producto y qué nombre darle.

En la etapa de fabricación, diseñadores y asociados de la fábrica perfeccionan la calidad del producto mediante el examen de prototipos de producción en masa y pruebas de precisión. Cuando el producto llega finalmente al cliente, son muchas las personas que han intervenido en el proceso y que sonreirán cuando vean que el cliente sonríe.

Esto es lo que en Honda se llama el principio de las «tres satisfacciones»: la «satisfacción de comprar» de los clientes, la «satisfacción de vender» de los empleados de ventas y servicios y la «satisfacción de crear» de los empleados de I + D y fabricación. Gracias a esta alianza de satisfacciones, se crean productos a la altura de las necesidades y deseos de la sociedad.