junio 22, 2020

Emoción y cautela: homenaje al placer renovado de volver a conducir

Por fin. Parece que empezamos a ver la luz. Tras meses encerrados, vamos a disfrutar más que nunca, aunque con prudencia, de nuestra recién recuperada libertad de movimientos. Vamos a saborear pequeños placeres que antes dábamos por hechos. Abrir la puerta del garaje, o ir a buscar el coche. Acomodarnos en el asiento. Pisar el acelerador. Rodar hasta el horizonte. Deslizarnos en el viento. ¿Qué es lo que más has echado de menos de ese pequeño gran placer de conducir?

Poco a poco, las fases de la desescalada nos han permitido salir cada vez más, tanto a pie como sobre ruedas. Ahora que ha terminado el estado de alarma e inauguramos esta nueva normalidad, regresamos con cautela y muchas dudas a nuestros hábitos de antes. Algunas cosas deberán quizá cambiar para siempre; otras volverán y las apreciaremos más todavía. Volver a coger el coche tras meses parados va a requerir atención y precauciones especiales, pero una vez listos volveremos a disfrutar al volante. Como nunca. Eso sí, recuerda que antes que nada hay que revisar bien el automóvil, especialmente si ha estado parado durante semanas.

¿Te gusta conducir?

El 61% de los españoles disfrutan conduciendo a diario, y aseguran que nunca renunciarían al placer que les produce, según una encuesta realizada el año pasado por la consultora Ipsos MORI. La sensación de libertad e independencia al volante fue escogida por un 72% de los participantes como la razón principal de que les guste conducir.

El placer de conducir es, pues, un disfrute ampliamente compartido que está muy relacionado con el hecho de que tanto las carreteras como los automóviles que conducimos son cada vez más seguros y cómodos.

Seguridad ante todo

Hoy, pasar largas horas en la carretera no tiene nada que ver con las experiencias al volante de nuestros abuelos, quienes debían lidiar con infraestructuras en peores condiciones y vehículos equipados con una mecánica menos fiable.

Gracias a la tecnología actual, la necesidad y el estrés de recorrer largas distancias sobre cuatro ruedas en el pasado se ha convertido en una parte de nuestra vida diaria y de nuestras vacaciones de la que podemos disfrutar con tranquilidad. Uno de los modelos más representativos de Honda en este sentido es el Honda CR-V, con seguridad cinco estrellas, la máxima calificación del EuroNCAP. Como toda la gama de Honda, el CR-V está equipado con sistemas de asistencia inteligente a la conducción que evitan los despistes y mejoran la visibilidad en circunstancias adversas.

El sistema Honda Sensing, el paquete de seguridad activa y preventiva que equipa todos los modelos actuales de la marca, incorpora un amplio abanico de tecnologías avanzadas, como el Sistema de Prevención y Mitigación de Impactos (CMBS), el Aviso de Cambio Involuntario de Carril (LDW) o el Sistema de Mantenimiento de Carril (LKAS).  Además, el CR-V cuenta con una plataforma que incorpora la exclusiva estructura ACE™ (Advanced Compatibility Engineering) de Honda de última generación, lo que otorga una excelente resistencia al choque en la parte delantera, lateral y trasera.

Tu casa sobre ruedas

En tiempos de nuestros abuelos, unos cuantos giros de volante eran suficientes para agotar hasta a los bíceps más trabajados, y un trayecto de pocas horas bastaba para acabar con el «culo cuadrado».  Actualmente, los avances en la ergonomía de los asientos y la calidad de los materiales hacen del interior de nuestros coches espacios tan agradables y cómodos como el salón de casa.

El nuevo Honda Jazz, por ejemplo, ha sido concebido para ser el automóvil más confortable de su categoría. Uno de los elementos más importantes en el nuevo diseño del Honda Jazz son los asientos delanteros. Una revolución estructural cimentada en los pequeños detalles: base más ancha, mayor acolchado, más grosor y suavidad, mejor apoyo lumbar y en la pelvis… Todas ellas mejoras del confort global que ayudan al conductor a mantener una postura de conducción estable y más sana, incluso al trazar las curvas más cerradas y los terrenos más complicados.

Y es que no es sólo cuestión de confort: el diseño de los asientos se ha convertido en un importante elemento de seguridad, ya que sujetan mejor tanto a la persona que conduce como a los ocupantes, y reducen las inercias que causan fatiga en los trayectos largos. Y por supuesto los sistemas de entretenimiento a bordo han transformado para siempre las largas horas de tedio mirando por la ventana, especialmente para los más pequeños.

Desmigajar el placer de conducir

El fin del estado de alarma ha coincidido con la llegada del verano, un tiempo ideal para perderse, para explorar y tomar un muy merecido descanso. Y sea para ir en busca de aire fresco a la playa o a la montaña, muchos volveremos a conducir largas horas. Con calma y prudencia. Sintiendo la suavidad del volante entre las manos; recortando a la perfección las curvas de la carretera con un gusto renovado. ¿Cuál es el origen de esa adorada sensación de libertad e independencia? Según la revista Scientific American, el coche es un símbolo de libertad personal, ya que nos ofrece la posibilidad de movernos y llegar hasta casi cualquier lugar sin depender del transporte público o de otras personas.

En esta experiencia sin igual, la música es sin duda un elemento importante. Un viaje sin música no es un viaje. Cada carretera exige su banda sonora particular, y hay que elegir con cuidado, ya que la música al volante no sólo es un placer, sino que también afecta a nuestra manera de conducir. Hace ya unos años, un estudio realizado por el comparador de coches de Internet “Confused” llegó a algunas curiosas conclusiones. Por ejemplo, que escuchar música que no nos gusta genera estrés y puede empeorar nuestra conducción, o que la música que supera los 80 BPM (pulsos por minuto), entre la que se incluye tanto géneros como el rock o el heavy como compositores clásicos como Mozart,  promueven las actitudes agresivas al volante.

Y tú ¿qué es lo que más disfrutas de tus momentos al volante?