Evolución continua
No hemos parado hasta lograr la perfección, sin importar lo que costara.
El NSX tenía que responder de inmediato al control humano. Un compromiso inquebrantable que nos obligó a cambiar nuestro planteamiento inicial a mitad de proyecto. El motor V10 montado en posición transversal no nos convencía, por lo que volvimos a la mesa de diseño para diseñar un motor híbrido V6 de doble turbo en configuración longitudinal.
Con este cambio dinámico ya no solo teníamos que centrarnos en la apariencia y la aerodinámica, también teníamos que gestionar el flujo de aire para aumentar la carga aerodinámica y refrigerar los componentes. Esto implicaba también un rediseño total de la carrocería. El cambio causó cierta tensión al principio, pero acabó propiciando un mayor acercamiento entre diseñadores e ingenieros.